La elección

LA ELECCIÓN.

El diseño tiene una labor inequívoca, y es la de hacer que cosas, que antes podían ser sólo de una élite social, se conviertan en un bien común.

Si, un Ferrari no es algo al alcance de todos y tiene muy buen diseño, vale, pero en el momento en el que se empezó a utilizar el diseño como parte de la sociedad, el tener una cafetera, o un mueble, era mucho más importante que tener un coche de último modelo. Ikea es ejemplo de esa máxima de después de la Revolución Industrial, y es que las cosas valen menos si se consumen más, y el diseño es parte importante. La reproducción masiva de un producto hace que muchos podamos disfrutar de él. 

Hoy en día el diseño hace que siga funcionando esta labor. Cualquier empresa le puede encargar a un estudio de creatividad una labor de diseño, ya sea de marca, de producto, de interiorismo… desde una heladería hasta una discoteca. Nuestro trabajo llega a todas las empresas, porque todos necesitamos de sus productos y tenemos que decantarnos por uno, y en eso el diseño ayuda un poco. No tiene porqué ser un diseño de identidad, que parece que es lo primero que se ofrece a cualquiera que entre por la puerta, aunque sea el fontanero, sino un diseño que cubra una necesidad.

Un ejemplo: antes bajaba a la panadería de detrás de casa, la panadera me daba dos barras de pan, me las metía en una bolsa blanca muy ligera sin marca y a casa. Ahora hay una panadería un poco más lejos, a unos diez minutos, pero me voy andando a ella porque tienen barras de pan, baguettes, chapatas, hogazas, pan de pueblo, roscas.. desde dentro ves a través de unos ventanales el horno, y la gente que trabaja allí lleva una uniformidad, que eso, quieras que no, te hace pensar que la ropa de trabajo es más higiénica. Cuando me dan el pan me lo meten en una bolsa de papel con el logo de la panadería, y que sea de papel reciclado , ecológicamente, me gusta más que si es de plástico. Así pues, ando veinte minutos, pero lo que me llevo no tiene nada que ver con la barra de la panadería de detrás de casa, que con el tiempo cerrará y dirá aquello de "la crisis".  Probablemente el panadero que está a diez minutos se sentase un domingo a echar cuentas y a pensar qué hacer para dar más y así recibir más, y llegó a la conclusión de que su pan es como el de las panadería cercanas, así que en algo se tendría que diferenciar, y ahí es donde el diseño encuentra su parte de trabajo aplicado.

Un truco que muchas empresas de alimentación usan: vestir de negro sus productos. Si, la ausencia de personalidad y el uso de elementos de diseño que hagan de un producto algo más exclusivo, pero me temo que en ese recurso ya hemos dejado de picar hace bastante tiempo, por lo menos yo. Ahora busco aquellos productos que tengan detrás una filosofía, a ser posible la de la marca y no la del diseñador. Si una empresa vende productos ecológicos de alimentación y me da la fruta en una bolsa de plástico… malo. Esas cosas son las que me llaman la atención. Antes que un supermercado te diese una bolsa era un avance, después que te la cobrase era un insulto, ahora te la cobran y te parece bien porque dañan el medioambiente, y si te la dan y es de plástico no la coges. Las cosas cambian, nosotros hacemos que cambien, y es que, como decía al principio, el diseño tiene una labor social, una labor "para el pueblo, pero CON el pueblo".

Cada vez aprendemos más como consumidores y nos enfrentamos a nuevos retos como diseñadores. Nuestra labor sigue teniendo esa bella parte de ilusión y locura, pero cada vez más se debe rendir al conocimiento del mundo que nos rodea, de las soluciones a problemas reales, y ahí debemos medir con otra vara, porque quizá de nuestro trabajo como profesionales dependa, en parte, el desarrollo de empresas o la prosperidad de productos.

Si tenemos mayores y mejores conocimientos, si medimos todas las variables, si pensamos en lo que el cliente necesita y no en lo que yo le quiero vender, llegaremos a un momento en el que nuestra labor sea tan importante que todos aquellos que quieran hacer algo en el mercado piensen en nosotros al principio y no al final.

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